Manos “en espejo”, com las palmas oblicuas mirando hacia la cara.
Codos pegados a las costillas
Muñecas algo caídas hacia atrás (“en extensión”)
Dedos semi-relajados y abiertos
Respiración lenta, profunda y controlada (Respiración consciente)
Ojos ligeramente abiertos mirando la punta de la nariz.
de 15 a 31 minutos.
La meditación paso a paso
Cierra los ojos. Primero percibe las sensaciones de las manos en cara, sin traducirlas a palabras. Las propias sensaciones son la finalidad. Resulta una experiencia muy abierta, profunda y silenciosa. En sí mismo es una poderosa meditación.
Más tarde, añade también las sensaciones de la cara, pecho, diafragma, abdomen…mezclandolas entre sí y formando una unidad. Y tras ello sigue extendiendo la consciencia hacia las sensaciones de la espalda y la nuca en unidad con los demás. Ahora tu espacio meditativo está expandido en todas las direcciones y no tiene centro.
Finalmente “colócate” en las sensaciones de la espalda y sujeta tu espacio perceptivo de atrás adelante. También puedes expandirte hacia más atrás. Siente tus sensaciones globalmente.
Respira lenta y profundamente.
Una vez asentado en la meditación, entreabre los ojos dirigiendo la mirada a través de la sombra de las pestañas en dirección a la punta de nariz. Mira desde las sensaciones de la nuca hacia el centro del cerebro. No mires desde los ojos.
Al pretender que estamos mirandola nariz desde la nuca se abre un espacio de silencio en el centro del cerebro, por delante de la nuca y por detrás de los globos oculares. Ese es el “espacio del tercer ojo”.
Esta meditación desarrolla la intuición y el tercer ojo. Ayuda a percibir el flujo de nuestra mente. Facilita reconocer el hecho de la fantasía (y así empezar a controlarla). Evitamos la distracción y se destapa el silencio.