“Quiero compartir con vosotros unos cuantos conceptos y técnicas prácticas que abren la ventana de la mente. Con la mente puedes observar cualquier pensamiento, cualquier sentimiento y cualquier aspecto de tu vida. Pero, puedes cubrir esa ventana con tanto polvo procedente de tu ego, que éste te impida ver tu alma. Puedes olvidar tu propio concepto, estándares, y quién eres realmente en la vida.
Cada uno de vosotros sabe que, cuando el cuerpo no está limpio, con el tiempo, apesta. Para evitarlo, te duchas y te lavas cada mañana. Es un acto de respeto propio y de deber hacia tu conciencia. ¿Sabes que con la mente ocurre exactamente lo mismo? Cuando la mente no se limpia, con el tiempo, apesta. Puede llegar a acumularse tanto polvo en ella que no puedas ver nada en absoluto, ¡y alguien olerá esa peste con sólo pensar en ti! El núcleo de tu personalidad al completo se convierte gradualmente en un vertedero de basura si no se limpia. ¿Cómo sería tener una mente tan clara que pudieras ver a través de ella sin distorsión? Es muy fácil sentir y decir: “Soy muy feliz”. También es muy fácil sentir y decir: “Soy muy infeliz”. En realidad, ni eres feliz ni eres infeliz. La “felicidad” y la “tristeza” son tus conceptos mentales. Son construcciones de tu mente y sus proyecciones. Cuando la mente está clara, te sirve. Si eres infeliz, tu mente debería facilitarte el camino para ser feliz. Si eres feliz, tu mente debería recordarte que existe la posibilidad de que seas infeliz. Nunca puedes ser siempre feliz y nunca puedes ser siempre infeliz. Debes ver y comprender los pros y los contras fluctuantes, y entonces vivir a través de la diagonal en la línea del alma y de la realidad entre ellos. Una mente clara te ayuda a caminar esa senda diagonal y a ser tú mismo conscientemente. Se supone que tienes que seguir siendo tú mismo, pase lo que pase. Ésa es la fuerza real de tu mente cuando está limpia y clara.
Hay muchos subidones de ego en el mundo espiritual. Y el ego espiritual es una de las peores formas de ego que existen, una de las más intratables. Muy pocas personas espirituales te hablan de forma directa y franca. La mayoría habla así: “Humm. Oh sí, veo que eres una persona hermosa y maravillosa. Siento una gran luz a tu alrededor. Debes ser sanador y haber tenido vidas pasadas increíbles”. Inflan tu ego espiritual y te hacen incluso más difícil ver a través de la ventana de tu mente. Eso no te ayuda a la tarea de limpiar. Es mejor decirles a los estudiantes qué necesitan hacer.
El mundo espiritual no es un lugar en calma, tranquilo y pacífico. No es un reino especial con menos ego y menos mente. Aún son personas y aún tienen que lidiar con la mente y con el ego.
¿Cómo sería tener una mente tan clara que pudieras ver a través de ella sin distorsión? El problema nace cuando te identificas con el ego y lo inflas y desinflas, y dependes de él. No quiero ofender vuestros oídos con algo que no debería decir. Todos sabéis qué pasa con cualquier comida, incluso con una comida gourmet. Pasa a través de ti y acaba saliendo en el baño. No importa cómo esté de inflado el gourmet ni cómo sea de extraordinaria la comida, saldrá igual que lo haría una comida más humilde. ¡Simplemente deberías soltarla! No importa cuál sea la comida y no importa cuáles sean las palabras, espirituales, políticas o económicas. No eres tú. Y debes encontrar una línea diagonal simple en la vida a través de ello.
Tu espiritualidad es básica y auténtica. Su autenticidad natural hace muchas cosas buenas por ti. Es la luz de mi alma la que puede sostenerme. Es mi afirmación, mi profundidad y el impacto de mi corazón. Crees que es tu entorno y las cosas que hay en ese entorno. Te conviertes en prisionero de ello y nunca te llevarán a ninguna parte. Sin dualidad, con inocencia y genuina integridad espiritual, fluyes con el flujo de tu espíritu. Entonces la mente sólo te servirá y la vida será creativa, elevada, hermosa y auténtica. Y cuando sea auténtica, la gente confiará en ti. Serás directo, dirás la verdad y nunca necesitarás inventarte nada negativo para manipular o controlar nada.
En general, entrenas a tu mente a oír “inflaciones”. Te encantan los sonidos halagadores que alaban a tu ego. Esos oídos escuchan tantas mentiras infladas que no pueden reconocer la verdad cuando se dice. Si la ventana de tu mente está sucia, si la mente es superficial y no la has refinado, entonces puede que le digas la verdad a una mente así y que no pueda oírla o experimentarla.
Normalmente soltamos mentiras en nombre de la verdad. De hecho, nos hemos acostumbrado a ello, e incluso lo admiramos como una forma de marqueting. Así es como nos dejan nuestros juegos mentales. Caemos de nuestra inocencia y descendemos de nuestra propia elevación. Somos personas muy bellas y creativas. Estamos hechos a imagen de Dios. Contamos con el poder más veloz y maravilloso: nuestra propia mente. Puede llevarnos hasta Dios. Puede llevarnos hasta nosotros mismos. Puede llevarnos a lo más profundo de nuestro ser o fuera, hacia el universo. Cuando está limpia y abierta, la mente puede hacer cualquier cosa que queramos. Si podemos recordar esta pequeñez y tomárnosla a pecho, entonces podremos resolver nuestros problemas al cien por cien. Sólo recuerda: la mente nos es dada, nosotros no le somos dados a la mente. Es una cosa simple.
La ventana de tu mente puede estar clara o nublad por las palabras que utilizas y cómo las utilizas. Existe una brecha entre lo que dices con tus palabras y lo que tienes la intención de comunicar. Por eso, a menudo estás confundido. Por eso, tenemos que aprender a hablar honestamente los unos con los otros. Por eso, necesitamos aprender a notar cuándo la mente se ha ido con el ego y las emociones. Lo único que se oye y se comunica tal y como es a la vez es la verdad. Ése es el poder de tu mente. Puede penetrar la sutileza e intención tras las palabras de alguien y puede proyectar y llenar las tuyas con una verdad que va más allá de cualquier miedo o necesidad.
Tu alma te proporciona la conciencia y el lenguaje del amor. Tu mente te da la conciencia para sentir todas las diferencias y las líneas divisorias. El maestro te advierte y te ayuda a mantener la mente clara, para que pueda guiarte la luz de la conciencia y puedas utilizar el poder de tu propia conciencia. Es el olvido mental y tus miedos los que cierran la ventana de la mente, de manera que no puedas ver la belleza y realidad de tu ser. Eso es lo que causa todos estos problemas indeseados e innecesarios del ego. Tienes la habilidad, la inteligencia y la consciencia. Sólo tienes miedo. Por eso necesitas practicar la meditación, naam simran (el recuerdo constante del Nombre de Dios) y jappa (recitación/repetición del Nombre de Dios), para eliminar el miedo de la mente.
Puedes sintonizar tu mente con una melodía sagrada de Dios, con las palabras de verdad del Gurú (el que te da la tecnología que te lleva de la oscuridad a la luz; el Maestro. Para los sijs, el Shabad Gurú: el Siri Guru Granth Sahib, las escrituras sagradas de los seres iluminados) que penetran en tu corazón. El porcentaje máximo de tu cerebro que puedes utilizar conscientemente es de alrededor del 5%. Pero si usas sólo el 1,3% de la capacidad de tu cerebro conscientemente, inteligentemente, y sin ego, todo irá con suavidad. Eres el dueño de tu destino. Eres el líder de tu día. Eres la luz de tu vida. No eres nada salvo una representación de Dios en este planeta. Ésa es la voluntad y el decreto, y eso es Dios. Vives en Dios y Dios vive en ti.
Extractos de La Mente: sus proyecciones y múltiples facetas, de Yogui Bhajan Extraído de Aquarian Times, febrero-marzo 2009
Texto completo disponible en www.kriteachings.org,