Vibrar el Sonido….
Los movimientos de la lengua sobre los 84 puntos meridianos del paladar superior al recitar el mantra y su golpeteo constante y rítmico durante horas o días tienen un efecto directo sobre el cerebro, estimulando el hipotálamo y los dos hemisferios cerebrales. Al activarse la glándula pineal y la pituitaria, se produce un cambio segregando serotonina. El aumento de serotonina en los circuitos nerviosos produce una sensación de bienestar, relajación, autoestima y concentración. La glándula pineal vibra y controla la proyección del núcleo de cada célula, como consecuencia se neutraliza la mente y equilibra, fortaleciendo el sistema inmunológico, el metabolismo y alcanzando experiencias de unidad, gozo y paz interior.
Des del Yoga, la pineal es el asiento de la Conciencia. Esta glándula segrega, entre otras sustancias la melatonina, encargada de relajar todos los sistemas mentales y físicos, induciendo al sueño profundo, además de ser la productora de Amrita, el néctar divino que conduce al Samadhi y que genera estados de dicha y felicidad suprema, experiencia que los místicos de todos los tiempos han buscado y descrito.
La Meditación deshace el ego y ajusta a la calma, meditar es un recurso humano para percibir el mundo tal como es, sin pensarlo ni describirlo.
Cuando el ser humano consigue el estado de supra-conciencia simultáneamente la glándula pineal baña internamente todo el cuerpo con este elixir químico, reduciendo las funciones a un mínimo vital, ajustando la respiración y el ritmo cardiovascular; el cuerpo físico se estabiliza y aquieta.
Se ha comprobado que emitir sonidos primigenios estimula el nervio vago, el gran nervio craneal que discurre por las zonas torácica y abdominal sirviendo al corazón, pulmones y tracto intestinal. El nervio vago suministra las fibras motoras y sensoriales que regulan las secreciones pancreáticas y gástricas afectando también a las fibras nerviosas inhibidoras que sirven al corazón. Muchos anatomistas lo consideran el nervio más importante del cuerpo y la vibración del mantra lo estimula a través de la laringe o caja vocal silenciando el diálogo interior, dando paz a la mente y al organismo, y alargando la longevidad cerebral.
Este estado de quietud, presencia y unidad, que se percibe durante meditación, se va instalando con la práctica. La quietud interna permite contemplar la realidad desde la mente neutral, trascendiendo la dualidad y la percepción separada en la que nos mantiene la mente sesgada y limitada, volviéndonos ecuánimes.
Al volverse meditativo y calmado, el ser humano deja de chocar contra las cosas, las personas, las circunstancias y contra sí mismo, porque en ese proceso silencioso ha tenido que combustionar las aristas personales, donde los golpes resuenan. La meditación te llevará a conocer el espacio vacío que se rellena de fluidez, donde las situaciones se vuelven un proceso y se ven con amplitud como parte de un continuo que evoluciona hacia la resolución, aprendiendo a vivir en paz.