
Antiguamente, antes del desarrollo de la ciencia moderna, la gente tenía menos alternativas para cuidar su salud. Con su sabiduría simple, buscaban en el alimento que ingerían la fuente de su continua buena salud y también la curación de lo que los afligía. Su comida era su medicina. Aprendieron los principios de la alimentación sana y descubrieron las propiedades ocultas de los alimentos y hierbas comunes, que purificaban su organismo, corregían los desequilibrios, origen de enfermedades, e incluso reparaban tejidos dañados.
Con el tiempo, se aprendió a preparar medicamentos de los extractos de los alimentos y hierbas curativas. Muchos de ellos están aún en uso en la India y otros países, donde la cultura pre-industrial aún sobrevive. Estos curan más lentamente que la medicina moderna pero casi no producen efectos secundarios. Cuando el hombre finalmente aprendió la ciencia de la química, sintetizó substitutos químicos para las medicinas naturales que usaban anteriormente. Ahora la gran parte de nuestra medicina moderna es elaborada sin ninguna relación con los remedios naturales del pasado. Es a menudo sorprendentemente efectiva en enmascarar o eliminar los síntomas de la enfermedad, pero falla al tratar la causa profunda de la misma, y puede producir efectos secundarios que son tan nocivos o peores que la enfermedad misma.
Hoy en día, al parecer hemos cerrado el círculo. Nuevamente se está tratando de entender las bases de una vida sana. El énfasis ha cambiado hacia la medicina preventiva y existe un renovado interés por los métodos más sencillos del pasado. Actualmente sería útil mirar mirar nuevamente hacia la clave más elemental de nuestra buena salud permanente: el alimento que ingerimos.
Manzanas
Las manzanas se cree, han sido originarias del Medio Oriente, cerca de un sitio del bíblico Jardín de Edén. Hoy día la manzana es una de las frutas más comunes y una de las mejores. Todos conocen la expresión “una manzana al día tiene lejos al doctor”; son purificantes del cuerpo y de la sangre. Tienen gran cantidad de sodio, potasio, magnesio y vitaminas B y C. Una manzana en la mañana te dará energía. Si las comes al final de la comida, aydarán a la digestión. Las manzanas son beneficiosas cocidas o crudas, son purificantes en cualquier forma que las prepares. Dos o tres manzanas al horno, comidas justo antes de dormir te ayudarán a prevenir o aliviar la constipación. Una dieta de manzanas horneadas y queso cottage limpiarán y renovarán la sangre. Son también excelente alimento para los niños.