Los chakras son centros psíquicos del cuerpo que están en actividad en todo momento, tanto si tenemos conciencia de ellos como si no. La energía recorre los chakras produciendo diferentes estados psíquicos. La ciencia biológica moderna explica esto como los cambios químicos producidos por las glándulas endocrinas, glándulas sin conductos cuyas secreciones se mezclan con la corriente sanguínea del cuerpo de modo directo e instantáneo. Los antiguos filósofos de Oriente relacionaban estos cambios con los cincos tattvas básicos, o los elementos: tierra, agua, fuego, aire y akasha (éter). Estos elementos se mueven constantemente en el interior del cuerpo con los ritmos circadianos. Por eso la antigua ciencia india del yoga ponía un gran énfasis en conocer dichos elementos y en actuar de acuerdo con ellos. pues consideraban a los chakras como el campo de juego de los elementos. En la antigua ciencia del svara yoga (Yoga del sonido) se prescribían diversos métodos para identificar la presencia del tattva en el cuerpo, y controlando esas técnicas los yoguis pueden programarse para conseguir muchas cosas utilizando la menor cantidad posible de energía. (…)
El conocimiento de los chakras puede ser una valiosa clave para la introspección. Es posible observar a uno mismo y ver la energía en movimiento a través de los diversos centros psíquicos. Las prácticas como el ayuno, la caridad y el servicio desinteresado hacen que la energía fluya a los centros superiores; se activa la energía dormida enroscada en el chakra muladhara (raiz, base), iniciando su ascensión. Cuando el flujo ha llegado a los centros superiores, cambia la actitud total del practicante; repetidamente se hace referencia a esa sensación con el nombre de nuevo nacimiento. El mantenimiento del flujo ascendente de la energía se convierte entonces en la preocupación principal de esas personas. La práctica constante y simultánea de la visualización y el recitado de mantras ayuda al aspirante a mantener el flujo de energía hacía los centros superiores, llegando así más allá de los tattvas.
fuente: Los Chakras de Harish Johari